10 de agosto de 2012

Hay mariposas que sólo tienen 24 horas para hacerlo todo

- ¿Quieres que te diga lo que voy a hacer cuándo él vuelva? No me voy a ir. No. Ni me voy a meter debajo de un somier. Voy a ir a por ti a piñón fijo.
- No puedes hacer eso...
- ¿Por qué no? ¿por qué no puedo? Si ya lo estoy haciendo... Lo estoy haciendo porque creo que tú también me quieres. Y si me tengo que pelear con él como un puto perro para quitarle lo que es suyo, lo voy a hacer. Te lo juro.
- ¿Pero qué estás diciendo?
- Lo que pasa es que tu vida ha cambiado. Tú ya no estás en el sitio en el que estabas. Ni aunque él vuelva, ni aunque te perdone, estás en otro sitio.
- Eso no es así.
- ¡Sí! Eso sí es así.
- ¡No! No es así. Yo le quiero, ¿vale? Me da igual que todo haya cambiado. No le voy a dejar porque quiero estar con él. ¡Quiero estar con él!

No hay comentarios:

Publicar un comentario