22 de mayo de 2011

Il pungiglione d'amore

He comprobado que casi todo lo que se ha escrito sobre el amor es cierto. Shakespeare dijo: 'Los viajes terminan con el encuentro de los enamorados'. ¡Qué idea más extraordinaria!

Personalmente nunca he experimentado nada ni remotamente parecido a eso, pero estoy convencida de que Shakespeare sí. Supongo que pienso en el amor más de lo que debería, me admira constantemente su abrumador poder de alterar y definir nuestras vidas. También fue Shakespeare quien dijo que el amor es ciego. Pues bien, estoy segura de que eso es verdad.

Para algunas personas, de forma inexplicable, el amor se apaga. Para otras, el amor sencillamente se va. Si bien es cierto, por supuesto, que el amor también puede encontrarse, aunque sea solo por una noche. Sin embargo, existe otra clase de amor, el más cruel, aquel que prácticamente mata a sus víctimas. Se llama amor no correspondido. La mayoría de historias de amor hablan de personas que se enamoran entre sí, pero, ¿Qué pasa con los demás?, ¿Quién cuenta esa historia? La de aquellos que se enamoran solos, que son víctimas de una aventura unilateral, que son los malditos de los seres queridos, los seres no queridos, los heridos que se valen por sí mismos, los discapacitados sin plaza de aparcamiento reservada.

Entiendo lo que es sentirse lo mas pequeño e insignificante posible. Y como puede doler en sitios que ni siquiera sabías que tenías dentro de ti. Y no importa cuantos cortes de pelo nuevos te hagas, ni a cuantos gimnasios te apuntes, ni cuantas copas de Chardonnay bebas con las amigas… aun así te vas a la cama repasando cada detalle e intentas adivinar qué hiciste mal o qué has podido mal interpretar… y cómo coño has podido pensar que en ese momento eras feliz. Y hay veces que incluso te puedes convencer de que él verá la luz y aparecerá en tu puerta. Y, después de todo, e independientemente de lo largo que sea esto, llegarás a un sitio totalmente nuevo y conocerás gente que te harán sentir valiosa de nuevo. Y pequeñas partes de tu alma, volverán.

Y entonces, todos esos momentos, todos esos años perdidos, comenzarán a desaparecer.

19 de mayo de 2011

T3

- Es tu destino.
- ¡A la mierda con mi destino!
- No puedes autoexterminarte.
- No, tú no puedes. Yo puedo hacer lo que me dé la gana. Soy un ser humano. Porque tu futuro, mi destino, no lo quiero ni que me lo regalen. ¡Nunca lo he querido!
- Viendo la dilatación de tus pupilas, la temperatura de tu piel y tus funciones motrices, calculo un 83% de probabilidades de que no aprietes el gatillo.

8 de mayo de 2011

Anoche soñé con sauces.

El sueño me arrastró hacia un lodazal. A ambos lados de un sendero montañoso se alineaban los sauces. Muchos, muchísimos sauces. Soplaba un viento muy fuerte, pero las ramas de los árboles no se movían un ápice. ¿Por qué? Me pregunté con extrañeza. En ese instante descubrí que había unos pájaros asidos a la ramas. Su peso impedía que éstas se balanceasen. Agarré una estaca y golpeé la rama que tenía más cerca. Pretendía ahuyentar a los pájaros para dejar que las ramas se mecieran libremente. Pero éstos no levantaron el vuelo. En lugar de eso, se convirtieron en pájaros de metal y fueron cayendo al suelo con estrépito.
Cuando me desperté tuve la sensación de seguir soñando. El interior de la habitación brillaba tenuemente a la blanca luz de la luna. En un acto reflejo, miré hacia el suelo buscando los pájaros de metal esparcidos. Por supuesto, no había ninguno.