11 de agosto de 2011

¿Quién deseaba la equidad?

La equidad es uno de los conceptos que sólo son válidos en un mundo extremadamente limitado. Pero este concepto se extiende a todas las manifestaciones de la vida. Desde los caracoles y los mostradores de las ferreterías hasta la vida matrimonial. Lo abarca todo. Aunque nadie me lo pidiera, aquello era lo único que yo podía dar.

En este sentido, la equidad se parece al amor. Lo que uno está dispuesto a dar y lo que te piden son dos cosas distintas. Por eso, precisamente, muchas cosas habían pasado de largo ante mis ojos o, tal vez, por el interior de mi corazón.

Quizá debía arrepentirme de mi vida. Sería otra forma de equidad. Pero yo no podía arrepentirme de nada. Aunque todo hubiera pasado de largo, como el viento, dejándome a mí atrás, porque ahí estaban también mis propias esperanzas y deseos. Y sólo había quedado aquel polvo blanco que flotaba en el interior de mi cabeza. 


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