14 de abril de 2011

Sonrisas y lágrimas

Un hombre sale de su casa para ir al trabajo y ve un caracol en el suelo del porche así que, lo recoge, lo lanza sobre el tejado y cae en el jardín trasero. El caracol rebota en una piedra, la cáscara queda hecha polvo y aterriza en el césped. El caracol se queda allí casi muerto. Pero el caracol no muere.

Al cabo de un tiempo se arrastra de nuevo y un día nuestro amiguito vuelve a dirigirse hacia la parte delantera de la casa. Apróxidamente, al año, el bicho vuelve a reptar por el porche. Justo entonces el hombre sale de casa para ir al trabajo y ve otra vez al caracol.
Lo mira y le dice: "¿Pero a ti qué coño te pasa?"

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